lunes, 31 de mayo de 2010

II.3. Primera estancia en Madrid

El periodo de la primera estancia en Madrid de Miguel Hernández esta comprendido entre el año 1931 y 1936 aproximadamente. En 1931 viaja a Madrid pero mas tarde regresa a Orihuela y participa en el homenaje a Gabriel Miro. En 1933 realiza su primer libro Perito en Lunas:

POZO
Minera, ¿viva? Luna ¿muerta? En ronda,
Sin cantos; cuando en vilo esté no tanto,
Cuando se eleve al cubo, viva al canto,
Y haya una mano que le corresponda.
Dentro de esa interior torre redonda,
Subterráneo quinqué, cañón de canto,
El punto, ¿no?, del río, sin acento,
Reloj parado, pide cuerda, viento.1

En 1934 Miguel Hernández realiza el segundo viaje a Madrid pero en este viaje si que “triunfa” ya que consigue que sea publicado en la revista Cruz y Raya. Se hace amigo de Rafael Alberti poeta que murió en 1999, Rosales, Aleixandre y Neruda.
En verano Miguel Hernández vuelve a su tierra, Orihuela para casarse en septiembre con Josefina Manresa.
En 1934 vuelve a Madrid y comienza una otra de teatro El torero mas valiente y se publica en un número en la revista El gallo crisis y termina la obra de teatro que había comenzado cuando fue a Madrid El torero mas valiente. En 1935 nuestro poeta ayuda en las Misiones Pedagógicas viajando por muchos lugares de España y vuelve a escribir una obra de teatro Los hijos de la piedra y publica su poema Vecino de la muerte y en este mismo año Miguel Hernández sufre la muerte de muerte de uno de sus mejores amigos Ramón Sije.
En 1936 publica en la revista Occidente un “homenaje” a su amigo fallecido anteriormente el poema llamado Elegía y publica su El rayo que no cesa.


SONETO FINAL
Por desplomar arcángeles glaciales.
La nevada lilial de esbeltos dientes
Es condenada al llanto de las fuentes
Y al desconsuelo de los manantiales.

Por difundir su alma en los metales,
Por dar el fuego al hierro sus orientes,
Al dolor de los yunques inclementes
Lo arrastran los herreros torrenciales.

Al doloroso trato de la espina,
Al fatal desaliento de la rosa
Y a la acción corrosiva e a muerte

Arrojado me veo, y tanta ruina
No es por otra desgracia ni otra cosa
Que por quererte y sólo por quererte.

Mas tarde empieza la Guerra Civil y se va para Orihuela.

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